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- Ana Mata
- Aug 10, 2018
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No me importa mucho perder, sólo un poco. Adoro el fuego que consume. El que pasa sin pedirle permiso a nadie. El que va junto con el tambor. El que se lleva en la palma de la mano.Los ruidos de la naturaleza son así y la vida es puro ruido del más escandaloso. Hasta la palabra corazón es puro ruido.A veces también así somos nosotros. Todos los días quemo algo porque amo el humo y amo como enceguece. No siempre se tiene que entrar en las cosas avisando, sin hacer mucho desorden, sin molestar mucho a nadie. Estoy sobre este charco de agua clara que es un charco de mí misma. Si quiero atravesar el charco lo atravieso. No somos un accidente y no hay nadie a quien pedirle permiso por las cosas que consumimos. En todo caso, le doy permiso a lo que consumo de que me consuma. Y el fuego arderá correctamente en mí si lo hago en serio. Iré necesitando cada vez menos. Iré perdiendo más y mejor, más lejos y más rápido, no dejaré de perder, no fallaré nunca en esto. Quedaré mareada y arderé. Como el pesado centro de la estrella. Arderé toda. Arderé cien veces cien y por cien años. Flotaré como una pizca negra en el espacio. Y si quisieras alguna vez podrías pescarme, sacudir las manos en la oscuridad. Caería como un hilito de ceniza para poder pintar tu cara. Podríamos pasar juntos un rato.
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